Inicialmente, mi lugar de exploración era "Fábrica". Conseguí que me permitieran entrar a una fábrica metalúrgica que me pareció muy interesante. Lamentablemente, no se me hizo posible volver una segunda vez a ese mismo lugar. Teniendo en cuenta este percance, propongo dos maneras de continuar...
Por un lado mostrar algo del material sobrante de mi primera visita; que descarte en un principio, pero que luego de charlar en clase y conmigo misma, siento que tal vez podría encajar con el resto del trabajo que venía haciendo.
El segundo camino era buscar un nuevo lugar y partir de cero. Me entristecía un poco porque estaba interesada en el trabajo que venía haciendo, pero tengo fé en que también puedo conseguir algo que me mueva y genere ese misterioso y satisfactorio "no se que" que trae consigo hacer este tipo de trabajos.
No le veía sentido a empezar con una fábrica diferente, porque seguramente perdería tiempo en buscar cosas que había visto en mi trabajo anterior, pero que no encontraría en este.
Así que mi segundo lugar es un cementerio abandonado, ubicado en un pintoresco pueblito llamado San Andrés de Giles.
¿Por qué? porque justo esa misma semana escuche que existía este cementerio abandonado en medio de un pueblito chiquito y desconocido (al menos para mi), y me morí de ganas de conocerlo.
Cuando empecé a recorrer el lugar una de las primeras cosas por la que me senti atraida fue por esta especie de agujeros/ventanas; algunas necesariamente creadas por el hombre para escapar, aunque sea virtualmente, de la tan palpable muerte. Otras, más desintencionadas, concebidas luego de que el lugar dejara de tener huéspedes y visitantes; como un pedido de la naturaleza a expandirse y reclamar nuevamente ese lugar que le pertenecía y que ahora recuperara, porque asi debe ser el ciclo de las cosas.
















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